El retrato de Dorian Gray
Resumen del capítulo de El retrato de Dorian Gray
Esta novela cuenta la historia de un apuesto joven aristócrata llamado Dorian Gray quien, al ver un bellísimo retrato suyo magistralmente pintado, deseó que fuere este el que envejeciera en su lugar para poder conservar así su juventud eterna; deseo que, eventualmente, se hizo realidad. A partir de entonces, Dorian se entregó sin freno a las pasiones mundanas y, aunque el tiempo pasaba, el hermoso aspecto del joven permanecía inmutable. Mientras tanto, su retrato se volvía más horrible cada día, reflejando todos sus actos malignos. Finalmente, con el objetivo de destruir las huellas de una vida llena de pecados, Dorian apuñala el lienzo con un cuchillo, provocando su propia y misteriosa muerte. Al morir, su cadáver se transforma, volviéndose horrendo y viejo, y el retrato pintado recupera su belleza original.
Introducción | Capítulo 1
Hola, bienvenidos a Bookey. Hoy vamos a desvelar las claves del libro El retrato de Dorian Gray. Esta obra fue la única novela escrita por Oscar Wilde, el dramaturgo y escritor irlandés que residió, principalmente, en Gran Bretaña.
Oscar Wilde nació en Dublín, Irlanda, en el seno de una familia prestigiosa. Su padre era cirujano y su madre, poeta y escritora. El joven irlandés era conocido por su estilo de vestir extravagante y sus palabras ingeniosas. Además, vivió según sus propias reglas y adoptó un estilo de vida intrépido, moviéndose sin descanso entre escandalosos amantes homosexuales y su respetada familia. Finalmente, debido a su negativa a renegar de su homosexualidad, terminó en la cárcel. Voz pionera en el campo del esteticismo, a finales del siglo XIX, el afamado escritor se convirtió en el genio más inconformista de Inglaterra.
Oscar Wilde creció en una sociedad británica que se regía por estrictos códigos morales y éticos por lo que, todo lo que se decía y se hacía, estaba sujeto a duras restricciones. Por cierto, el arte y la literatura estaban sujetos a un escrutinio aún mayor. De tal forma, las ligeras desviaciones de las normas se consideraban perversas, poco ortodoxas e inaceptables. Para entenderlo mejor, hay que tomar en cuenta que, en aquella época, la opinión predominante de la sociedad era que el valor de la literatura y las artes residía enteramente en su capacidad de afectar a los valores de las personas a través de sus pensamientos y emociones. En otras palabras, se creía que el arte influiría en el comportamiento de las personas. Por lo tanto, la literatura y las artes eran una herramienta de instrucción moral consideradas de gran utilidad educativa.
No obstante, Wilde sentía un profundo resentimiento hacia esta ética artística porque consideraba que este tipo de obras aplastaba la imaginación del artista y destruía la belleza pura del arte. Es decir, violaba la esencia del arte. El retrato de Dorian Gray es, precisamente, una represalia contra esa visión utilitaria del arte. La novela cuenta la historia de un joven aristócrata, Dorian Gray, que tiene una apariencia atractiva y un corazón puro. Sin embargo, bajo la seducción de un hedonista, Lord Henry Wotton, hace un pacto que consiste en entregar su alma a cambio de mantener eternamente la imagen joven que aparece en su retrato. Bendecido con una juventud sin consecuencias, Dorian Gray desciende a un abismo de pecado y maldad.
A decir verdad, la publicación de la novela suscitó una gran controversia en Gran Bretaña debido a su evocación de cuestiones morales. Inclusive, el propio Wilde se mostró ambivalente ya que nunca manifestó explícitamente su posición. De hecho, la clase literaria británica calificó la novela de "cuento engendrado por la literatura leprosa de los decadentes franceses, un libro venenoso cuya atmósfera está cargada de los olores mefíticos de la putrefacción moral y espiritual, un estudio regodeado de la corrupción mental y física de una juventud fresca, bella y dorada". En consecuencia, a partir de entonces, la novela de Wilde fue considerada para siempre como una prueba de su deseo de atacar y dañar las costumbres sociales.
De todos modos, en el prefacio de la novela, el escritor irlandés ofreció una réplica a la censura pública. Este escribió: "No existe un libro moral o inmoral. Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo".