Comunicación no ViolentaComunicación no Violenta Notas del capítuloDescripción Si prestamos atención a la forma en que hablamos, nos daremos cuenta de que las cosas que decimos pueden herir a otras personas. Por ejemplo, hay negativas, interrupciones bruscas y opiniones desconsideradas. En respuesta a este fenómeno, el ya fallecido Dr. Marshall Rosenberg, desarrolló un método de comunicación no violenta, que adopta un enfoque inusualmente moderado y reservado de la comunicación. La UNESCO lo ha catalogado como uno de los mejores instrumentos de resolución no violenta para la educación formal e informal en todo el mundo. La comunicación no violenta puede eliminar los rastros ocultos de la violencia psicológica en las personas y permitirles expresar su afecto de forma natural.Prefacio | Capítulo 1Hola, bienvenido a Bookey. Hoy desvelamos las claves del libro Comunicación no violenta: un lenguaje de vida. Nos comunicamos con otras personas todos los días. Si prestamos más atención a la forma en que hablamos y nuestros sentimientos a la hora de mantener diferentes tipos de conversaciones, nos daremos cuenta de que algunas palabras pueden ser extremadamente dañinas. Por ejemplo, hay negativas, interrupciones bruscas y opiniones desconsideradas. Ahora, el libro Comunicación no violenta: un lenguaje de vida nos enseñará una nueva forma de comunicación, permitiéndonos evitar tal daño y obtener más amor y felicidad para los demás y para nosotros mismos.Marshall Rosenberg en una ocasión realizó una presentación sobre la comunicación no violenta en la mezquita del campo de refugiados de Dheisheh en Belén. La audiencia estaba formada por unos 170 musulmanes palestinos. La opinión de los palestinos sobre los estadounidenses en ese momento no era favorable. Mientras hablaba, el público empezó a murmurar que Rosenberg era estadounidense. Un hombre incluso de un salto se puso de pie y le gritó a Rosenberg: “¡Asesino! ¡Asesino!" Inmediatamente, el descontento se apodero del grupo. Rosenberg recordó que en el camino hacia el campo de refugiados, vió varios botes de gas lacrimógeno vacíos que habían recibido disparos en el campamento, con la inscripción: "Hecho en EE. UU.